Como parte del derecho a la salud se encuentra el acceso al agua potable. Por eso la importancia concedida en nuestro programa de gobierno a lograr una mayor cobertura de agua.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la problemática del agua en la región no es por falta de agua sino por la mala gestión de este preciado recurso natural, y la República Dominicana no se escapa de esta realidad.
La buena gestión del agua juega un papel fundamental en la economía y contribuye al bienestar de los ciudadanos, el aprovechamiento doméstico constituye un componente de suma importancia en la calidad de vida y el desarrollo humano.
Es necesario tener un diagnóstico acabado sobre el estado del agua en el país. A partir de los datos arrojados, habrán de diseñarse las políticas públicas requeridas para lograr que todos los dominicanos tengan acceso adecuado al agua.
De acuerdo con el Censo Nacional de 2010, el 84 % de los hogares reciben agua de los acueductos del país y el 16 % de la población restante se abastece por otras vías. El volumen total de la demanda de agua se estimó en 12,315.44 MMC/año para el 2010, y aumentará a 13,724.85 MMC/año en el 2025 (Contexto Actual del Agua en la República Dominicana, MEPyD, 2018).
Según el Plan Hidrológico Nacional (PHN 2012) de la República Dominicana, se estima que la disponibilidad de agua superficial en la República Dominicana es de 23,497.69 millones de metros cúbicos/año, la cual se encuentra dividida por regiones hidrográficas.
En el caso de República Dominicana, según la Propuesta de Estrategia Nacional de Saneamiento del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA), más del 65 % del agua servida se pierde en fugas por el mal estado de la infraestructura y se desperdicia además debido al uso inadecuado en los hogares.
Se considera que en los próximos 10 años, 25 provincias de República Dominicana podrían registrar escasez permanente de agua si no se implementan planes inmediatos para contrarrestar el deterioro de las cuencas hidrográficas del país.
Según el informe realizado por el Centro Bonó y titulado “Agua: un derecho no garantizado en RD”, el tratamiento de aguas residuales es el proceso que permite eliminar los contaminantes presentes en las aguas servidas o cloacales antes de ser descargadas. La CAASD dispone de 12 plantas de tratamiento de aguas residuales, pero solo 4 se encuentran operando. De la cantidad total de agua residual doméstica que se genera en la provincia de Santo Domingo y el Distrito Nacional solo se trata alrededor del 3.3 %.
En cuanto a la variable de agua subterránea, el INAPA ha estimado en 2,469 millones de metros cúbicos/año; con una recarga de 4,161 millones de metros cúbicos/año.
De mano de estas problemáticas, emana la necesidad de implementar políticas de sostenibilidad ambiental que fiscalicen las acciones contra el medio ambiente y los recursos naturales.
Si bien es cierto que en el Gran Santo Domingo el índice de potabilidad supera el 95 % establecido por la Organización Mundial de la Salud, República Dominicana requiere la implementación de un sistema de control sanitario para la calidad del agua de consumo en las zonas rurales, donde los índices de cobertura de saneamiento alcanzan tan solo un 60 %. Con esta medida se pretende reducir los riesgos de contagios de enfermedades relacionadas al agua.
Conforme crece la población, las necesidades y la demanda de agua por zona van en aumento, según las proyecciones del Plan Hidrológico Nacional 2012, se estimó en 11,626.36 millones de metros cúbicos/año para el año 2005 y 10,831.42 para el año 2010. Para los años 2015,2020 y 2025 se estimó una demanda de agua de 9,765.38, 9,812.22 y 9,892.64, respectivamente
Según datos de ENHOGAR 2016, el tipo de fuente que utilizan los hogares para abastecerse de agua igualmente representa un factor determinante en su calidad y más aún si es para beber, con implicaciones directas en la salud.En su informe, la Oficina Nacional de Estadísticas indica que la principal fuente de abastecimiento de agua para beber de manera generalizada en todas las regiones del país, con casi el 84 % del total a escala nacional, es el agua de botellón procesada.
En la variable saneamiento básico, los datos suministrados por el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillado (INAPA), se devela que un 86.8 % de la población residente en área urbana recibe el servicio de agua potable de manera constante. De ese porcentaje, el 95.1 % ha pasado por el proceso de saneamiento básico del INAPA.
Por su lado, en la zona rural, solo el 52.5 % tiene acceso al servicio y solo 83.9 % la obtiene con el saneamiento básico. Lo anterior demuestra que el problema de la zona rural no es de cobertura, sino también de calidad del agua que se les distribuye.
Esas debilidades se hacen más agudas en aquellas comunidades y poblaciones con menores ingresos y mayor marginación social. Además, los avances importantes registrados en los últimos años en la cobertura de agua potable no corresponden a iguales mejora de los sistemas de saneamiento (sobre todo de alcantarillado sanitario y plantas de tratamientos de aguas residuales), resultando en inversiones no prioritarias en el país.
La responsabilidad para el abastecimiento y saneamiento del agua en la República Dominicana recae sobre las políticas públicas directamente desde el Gobierno central. La distribución del servicio de agua potable se encuentra dividida por zonas, es decir, el servicio es distribuido por empresas regionales de agua potable en función de las necesidades y de las áreas de abastecimiento. Cada entidad cuenta con una ley que respalda su creación, y el máximo representante es elegido por decreto presidencial.
La Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD) se encarga del suministro de agua apta para los ciudadanos de la ciudad de Santo Domingo. En tanto, el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) tiene a su cargo la operación de 58 plantas de tratamiento de aguas residuales en todo el país, de igual forma la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo CAASD opera 23 plantas de tratamiento de aguas residuales en la ciudad de Santo Domingo.
Las estrategias para mejorar deben ir destinadas a la buena gestión del agua. La cobertura y calidad de este recurso natural deben ir encaminadas en los siguientes 9 ejes:
1. La gestión del agua de manera eficiente y sostenible, para garantizar la seguridad hídrica.
2. El desarrollo de un marco legal e institucional que garantice la gestión sostenible y eficiente de los recursos hídricos superficiales y subterráneos.
3. La planificación de manera coordinada e integral, la gestión del recurso hídrico, con la cuenca hidrográfica como elemento central, para una asignación sostenible al uso humano, ambiental y productivo, y para apoyar la toma de decisiones en materia de la planificación del desarrollo regional.
4. La conservación y gestión de manera sostenible de los recursos hídricos superficiales y subterráneos, con el propósito de atenuar los efectos del cambio climático.
5. La modificación de la filosofía de la política hídrica para pasar de un modelo de gestión históricamente enfocado en la expansión de la oferta a un modelo que enfatice el control de la demanda y el aumento de la eficiencia en el uso del agua.
6. Expandir y dar mantenimiento a la infraestructura para la regulación de los volúmenes de agua, mediante la priorización de inversiones en obras de propósitos múltiples, con un enfoque de desarrollo sostenible.
7. El fortalecimiento de la participación y corresponsabilidad de los usuarios de los sistemas de riego en su conservación, mejora y uso ambiental y financieramente sostenible.
8. La promoción de recursos, medios y asistencia para la modernización y conservación de la infraestructura de riego, a fin de mejorar la eficiencia en el uso del agua y su incidencia en la productividad agrícola.
9. El desarrollo de un sistema de ordenamiento y calificación de la calidad de agua en ríos, lagos, embalses y costas que incluya mecanismos de monitoreo y fiscalización, así como de control de vertidos a los cuerpos de agua.
En el Congreso Nacional reposan dos iniciativas que son fundamentales para la buena gestión de los recursos hídricos en el país:
Con tu esfuerzo, juntos llevaremos a la República Dominicana por senderos de bienestar, prosperidad y progreso para todos.
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